Soprano Saioa Hernández (Cio-Cio-San). Teatro Real. Javier del Real.
La conmovedora historia de amor, pérdida, traición y sacrificio de una de las óperas favoritas del público continúa cautivando a la audiencia, aunque con una mirada actual puede verse como una historia muy cruda sobre la joven geisha. Damiano Michieletto traslada a Madama Butterfly a un barrio marginal de una ciudad oriental. Como Cio-Cio San, se alternarán las voces de Saioa Hernández, Aleksandra Kurzak, bajo la batuta de Nicola Luisotti.
El código civil japonés de 1898 –el Horei– establece el marco legal que rige las diversas facetas de la vida pública recogidas en el libreto de Madama Butterfly, y que incluyen el matrimonio, el repudio familiar, el divorcio o la adopción. El imperialismo, el mestizaje y la xenofobia constituyen también elementos de un engranaje narrativo que sortea los tópicos del orientalismo amable y condescendiente del siglo precedente e incardina la historia de Cio-Cio San en unas coordenadas realistas.
La tersura de la partitura pucciniana –entre cuyos pentagramas resuenan melodías auténticas japonesas como «Izuki Uta», «Echigo-Jishi», «Sakurá», «Miyasan, Miyasan» o el himno nacional japonés «Kimi ga yo»– suaviza las aristas del drama, pero sin menoscabo del fondo trágico –y sórdido– del que es probablemente su retrato femenino más conseguido y más profundo. En esta línea, Damiano Michieletto traslada la acción a un moderno barrio marginal de una gran ciudad oriental como denuncia de una realidad –el turismo sexual– que constituye la esencia misma de esta icónica ópera.
Nino Surguladze (Suzuki), Ailyn Pérez (Cio-Cio-San). © Javier del Real | Teatro Real
Plano general. © Javier del Real | Teatro Real.
Plano general. © Javier del Real | Teatro Real.