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Vistiendo un jardín.

Vista trasera de una casa femenina, s. XVIII, seda labrada, con aplicación de bordado que dibuja motivos florales polícromos.  Fuente: Museo del Traje

Vista trasera de una casa femenina, s. XVIII, seda labrada, con aplicación de bordado que dibuja motivos florales polícromos.

Fuente: Museo del Traje.

La representación de la naturaleza y, más concretamente, la representación de los motivos florales, probablemente sea, junto con la autorrepresentación, uno de los primeros temas trazados por la mano humana, constituyendo desde entonces una referencia constante en todas las manifestaciones culturales.

El binomio entre naturaleza y moda ha sido -y sigue siendo- especialmente próspero y bien avenido: cubrir el cuerpo y la casa de flores se ha considerado, en numerosos contextos, una buena forma de mantener el arraigo con el campo, pero hubo una época en la que la indumentaria y los textiles florecieron de una manera extraordinaria.

La exposición Vistiendo un jardín, aborda la evolución de los motivos florales que surgieron entre el Barroco y la Ilustración en el campo textil a través de las colecciones del Museo del Traje. Y explora cómo estas representaciones se convierten en reflejo de los profundos cambios que se estaban produciendo en este periodo, en las relaciones del ser humano con el mundo natural, así como la efervescencia de nuevas ideas artísticas, científicas y filosóficas.

Asimismo, se entrecruzan las influencias de los intercambios comerciales y los avances tecnológicos, gracias a los cuales las representaciones florales mutaron con gran rapidez, convirtiéndose en un testigo clave de la evolución del gusto durante el siglo XVIII y principios del XIX.

La muestra refleja la evolución de la moda de los siglos XVIII y XIX a través del leitmotiv de las flores, así como reivindicar el estudio de los procesos creativos y técnicos como una parte fundamental en la comprensión del fenómeno de la moda y plantear la transversalidad de ésta y su continuo diálogo con distintos campos culturales.

La exposición incluye en torno a ciento veinte piezas, constituyendo su núcleo las colecciones de indumentaria y textiles históricos del siglo XVIII y parte del siglo XIX del Museo del Traje, acompañados de fondos documentales y bibliográficos, pintura, cerámica y artes decorativas, de instituciones como el Museo Nacional del Prado, el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Nacional de Artes Decorativas o el Real Jardín Botánico.

Información relevante: Entrada libre hasta completar aforo.

Vestido, ca. 1960, de Pedro Rodríguez. Detalle de tejido esta guarnecida con bordado decorativo tipo chenilla.  Fuente: Pulse para ampliar

Vestido, ca. 1960, de Pedro Rodríguez. Detalle de tejido esta guarnecida con bordado decorativo tipo chenilla.

Fuente: Museo del Traje.

Detalle de la espalda de jubón, ca. 1750, en brocatel de seda de color verde decorada con motivos florales polícromos.  Pulse para ampliar

Detalle de la espalda de jubón, ca. 1750, en brocatel de seda de color verde decorada con motivos florales polícromos.

Fuente: Museo del Traje.

Chupa, ca. 1810. Detalle del cuello y botonadura, corta con cuello a la caja y sin mangas.  Fuente: Museo del Traje. Pulse para ampliar

Chupa, ca. 1810. Detalle del cuello y botonadura, corta con cuello a la caja y sin mangas.

Fuente: Museo del Traje.

Casaca, ca. 1815, en terciopelo labrado sobre Gros de Nápoles en lila y negro. Fuente: Museo del Traje. Pulse para ampliar

Casaca, ca. 1815, en terciopelo labrado sobre Gros de Nápoles en lila y negro. Fuente: Museo del Traje.

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